viernes, 3 de diciembre de 2010

Va de luces

¿Para qué seguir andando si a la mínima te ponen la zancadilla? Si por mucho que intentes, ya no avivarla, sino mantener esa minúscula llama, aún llega un gracioso y sopla por encima de tu hombro. O estando en plena oscuridad ves esa típica luz al final que pertenece a otro, pero cuando la tocas tienes las manos demasiado frías y es cuestión de tiempo que termine apagándose. Aún peor es cuando es un necio el que va por delante tuya mostrándote su pequeña chispa y corres como si de una zanahoria se tratase. Cuando estás a punto de alcanzarla, la apaga de un manotazo mientras se aleja a carcajada limpia.

En fin, todo ello tendría un pase si no fuera yo una aficionada a destrozar cualquier cosa que brille. Puede que me dé miedo el fuego, puede que tenga miedo a que se haga tan grande que me abrase sin poder evitarlo. Será cuestión de ir acostumbrando la vista a la oscuridad. Sólo necesito un chubasquero contra la humedad y algo con qué entretenerme. Si alguien tiene alguna lucecilla...

4 comentarios:

  1. Quizas debieras llevar siempre un mechero en el bolsillo para cada vez que te apagasen la luz poder encenderla. Todo el mundo necesitamos una luz para que nos guie por la oscuridad, algo que brille cuando todo esta negro, ¿por que renunciar a ella si es la que nos mantiene cuerdos?

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  2. Porque está empezando a darme la impresión de que hay un complot para que enloquezca...

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  3. Mientras el complot no parta de ti misma, da igual que lo intenten las veces que sean...

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  4. Piensa en el karma Esther...
    más tarde o más temprano pone a cada uno en su lugar.

    ;)

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