jueves, 2 de diciembre de 2010

Conclusión 1

"Notar cómo cada bocado de comida que me había metido en el cuerpo a lo largo del año caía a propulsión me hizo pensar. Pensé cómo las cosas que nunca cambian dan paso a otras que sí lo hacen. Como cuando alguien nuevo viene para quedarse. O una vieja amiga se va para siempre. A veces los cambios más grandes son resultado de una decisión precipitada. Y aquí estoy yo, un chico en un piso vacío con un perro muerto. Ah, y lo que tengo en la mejilla no es una lágrima, es agua de la gotera del techo. Y sí, los cambios dan miedo, pero son inevitables, depende de nosotros sacarles partido. Porque las oportunidades no van a caernos del cielo… ¿o sí? Odio los cambios."

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